Mezclo ansiolíticos con estimulantes.
No, lamento decepcionaros, no soy una poeta maldita al uso.
Mezclo el Lexatin con coca-cola.
Lexatin a veces con churros pero siempre con chocolate.
Lexatin con nicotina.
Sí, el tabaco (diario y compulsivo) junto con la cerveza (sólo cuando tengo vida social, o sea, de uvas a peras) son mis dos únicos vicios "adultos."
No soy delgada ni pálida sino entradita en carnes y morena, estilo "Rubens".
No rehúyo de la gente ni me escondo de los abrazos sino todo lo contrario.
Me gustan los corazones pero no los negros, ni los que están atravesados por flechas ni los corazones que uno puede ver en algunas carnicerías sino los corazones rojos de toda la vida.
De esos que se regala la gente que se quiere.
Y no, no os confundáis.
No soy cursi.
Ni ñoña.
Ni blanda.
Soy una maldita Poeta afectiva.
Que a falta de ambientador
Pega gominolas de colores en los retretes llenos de mierda
Para que quien entre
Aunque siga oliendo a mierda
Pueda oler un poco fresa, a naranja, vainilla o melocotón.
Soy una maldita Poeta de Abrazos
Maldita Poeta de Corazón.
domingo, 31 de julio de 2011
miércoles, 13 de julio de 2011
Reflexiones
Quizás debería de dejar ya de idealizar un mundo que no me pertenece. Ni la farándula, ni el escenario, ni los focos ni las luces van conmigo por muy creativa que sea. Tampoco va conmigo publicar absolutamente nada. No quiero que la gente me admire por mis escritos, ni por subirme a ningún escenario, ni por mi forma de bailar, ni por nada de eso. Lo único que quiero es querer y que me quieran y sobre todo: poder tirarme horas y horas y más horas conversando sobre la vida, bailando, divirtiéndome, amando... Para mí lo más importante son los sentimientos. ¿De qué me sirve ir a un taller de literatura o de cuentacuentos si después cada persona vuelve a su casa y nadie sabe nada de nadie? Yo prefiero trabajar, enseñar, ser útil, poder ayudar a las personas. Prefiero mil veces solucionar un problema a que me digan: "qué bonito escribes". Eso no me soluciona nada. En cambio, solucionar un problema me hace sentirme parte del mundo, me conecta conmigo misma y con los demás. He vivido siempre volcada en espejismos y al final me he abandonado a mí misma. He querido ser como otros, me he dejado influenciar, he buscado en territorios donde yo no estaba cómoda ni feliz. Todo porque me sentía insegura. Pensaba que mi forma de ser, demasiado sentimental o sensible, debía de anularse. Y de esa forma lo único que he hecho es anularme a mí misma cada vez más. "Mis principios son mis sentimientos." Todo lo demás es accesorio, no me vale para nada. Sólo para desahogarme. Pero sí me sirve trabajar, enseñar y aprender. Por eso voy a luchar por entrar en la enseñanza. Y sobre todo voy a seguir amando. No voy a volver a pisar ninguna academia más. Necesito amigos, no compañeros de escritura. Necesito un amor que me quiera tal y como soy, no encantadores de serpientes que un día te roban el corazón y al día siguiente lo destrozan sin compasión. Detesto las apariencias. Amo la profundidad. Y por eso mi camino está en las letras y en la educación.
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