Me paseo por blogs maravillosos. Encuentro entradas estupendas y dejo mis comentarios. Lástima que a menudo los y las poetas no nos hagamos entre nosotros mucho caso... A veces nuestras soledades, hechas de piedras y cantos (cantos en bajito, sin altavoces, ni escenario), no nos dejan ver ni comunicarnos con otros seres mágicos... Nuestra intimidad es un arma de doble filo. Cuesta abrirse a los otros e intercambiar mensajes con desconocidos. Mis alas de dentro siempre quieren abrirse hacia afuera. Pero a menudo, la gente con alas siempre acaba metiéndose de nuevo en el nido... Será que yo, a pesar de alas, tengo también mucha tierra para plantar semillas y hacer que vuelen, se toquen, se besen, todos mis seres queridos y también
( a pesar de la cueva) se enlacen y se abracen mis queridas y queridos poetas desconocidos...
Qué puedo decirte; solo hemos experimentado la evocación de las palabras. Arrojados desde las nubes; tomados de las manos; sintiendo como se rompían nuestras espaldas; creyendo que nos crecían alas...
ResponderEliminarAmor, esa era la única palabra que escuchábamos.
Amor, era lo único que teníamos...
No tengo idea de cómo remitirte a mi propio blog o a mi perfil...
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