Me gustan más los puertos que las playas. El mar que trabaja y se curte. Las vasijas amontonadas y las redes sobre el cemento. Las manos de las pescadoras y sus miradas a la mar. Sensaciones íntimas, recovecos donde poder resguardarme. Vasijas mirando al mar: recogiendo caracolas, latas de refrescos, sandalias ajadas... expulsando pena, dolor, alegrías... mirando con su único ojo el horizonte. Cíclopes de barro donde arribar y al fin sentirse en tierra firme...
martes, 1 de junio de 2010
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Me trae un montón de recuerdos de mi infancia
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