domingo, 26 de septiembre de 2010

El árbol de la palabra


Cada vez que compro un libro siento que me afirmo en mis raíces. Unos compran ropa, otros discos, otros van a conciertos. Yo compro libros porque la palabra sigue siendo mi salvavidas. A pesar de que en mi entorno no lo entiendan, yo sigo fiel a mis raíces. A pesar de tener casi 30 años y sentir que ya nada me pertenece: ni el suelo que piso, ni la casa donde vivo, ni los padres que tengo, ni el mundo en el que me asomo de vez en cuando para luego volver a mi guarida imaginaria. La palabra. La palabra en libros, la palabra en apuntes, la palabra escrita en los muros, la palabra salvada y la pisoteada. Ella es SIEMPRE la que me salva.

P.d.: He colgado una foto encontrada en el "google" que une mis dos pasiones: La palabra y la enseñanza. Ojalá algún día pueda dedicarme plenamente a ellas dos.